Muchas veces notamos un fuerte y desagradable olor a cloro, se nos irritan los ojos y notamos sequedad en la piel. Por lo que se podría pensar a priori, no hay que echarle la culpa al cloro, sino a la presencia de cloraminas en el agua, que es un derivado del cloro.

¿Pero qué son exactamente las cloraminas y por qué aparecen? Las cloraminas son un residuo obtenido como consecuencia del contacto del cloro con las sustancias orgánicas presentes en el agua: orina, sudor, saliva, pelos, aceites, también insectos o pequeñas partículas de vegetación. El ácido hipocloroso reacciona con estos elementos orgánicos y se obtienen cloraminas.

En algunos casos, las consecuencias de la exposición prolongada a las cloraminas son mucho más graves que una simple irritación en los ojos y sequedad en la piel. Los niños y demás personas con problemas respiratorios pueden agravar su asma y contraer otras enfermedades y afecciones respiratorias.

De ahí la importancia de cumplir unas exigencias higiénicas para un uso correcto de la piscina. Además de llevar un correcto control del nivel de cloro en el agua.

¿Cómo podemos eliminar las cloraminas del agua de la piscina? Se pueden eliminar realizando una cloración de choque, pero siempre hay que contar con el asesoramiento de un profesional porque se debe de tener en cuenta el nivel de ácido isocianúrico y controlar los niveles de cloro libre, cloro total y cloro combinado; para poder añadir la dosis indicada en cada situación.